La química orgánica en el siglo XX cambió al mundo, al darse nuevos medicamentos, insecticidad, adhesivos, textiles, tintes, materiales de construcción, compuestos y todo tipo de polímeros. Pero todos estos avances no vinieron sin un costo: todo proceso químico produce desechos que deben tratarse, incluyendo los disolventes de la reacción y productos secundarios tóxicos que pueden evaporarse en el aire o filtrarse en aguas subterráneas, si no se disponen de forma apropiada. Aún productos secundarios aparentemente inofensivos, deben enterrarse de forma segura o de lo contrario aislarse.
Puede que nunca sea posible hacer que la química orgánica sea completamente benigna, pero el conocimiento de que los problemas ambientales ocasionados por varios procesos químicos han aumentado dramáticamente en años recientes, ha dado lugar al surgimiento del movimiento llamado QUÍMICA VERDE.
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